EL TIGRE Y LA LIEBRE

Un día, una joven dando un paseo por el monte, vio sorprendida que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre mal herido que no podía valerse por sí mismo. Le impresionó tanto al ver este hecho, que regresó al siguiente día para ver si el comportamiento de la liebre era casual o habitual. Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre.
Pasaron los días y la escena se repitió de un modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta. Admirada por la solidaridad y cooperación entre los animales, se dijo: - "No todo está perdido. Si los animales, que son inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas."
Así que la joven decidió rehacer la experiencia. .. se tiró al suelo, simulando que estaba herida, y se puso a esperar que pasara alguien y la ayudara. Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Siguió así durante todo el día siguiente... y el siguiente... Ya se iba a levantar, con la convicción de que la humanidad no tenía el menor remedio, cuando sintió dentro de sí todo el desespero del hambriento, la soledad del enfermo y la tristeza del abandono.
Su corazón estaba devastado, ya casi no tenía fuerzas para levantarse, entonces allí, en ese instante, oyó... ¡Con qué claridad, qué hermoso! ...era una voz, muy dentro de ella, que decía:
- "Si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad... deja de hacer de tigre y simplemente sé la liebre."
Autor Desconocido

CORAZON SALADO

Miro la mar y no te veo
Surque mares de perdidas cuentas
Y no encontré ni un mechón de tu pelo
Mire al cielo, pero el no es de acuses ni tormentos
Las aguas rectan bajo a pie de suelo
Busque filigranas danzando de petrolero en petrolero
Y al entrar a la mar embravecida y abierta
Deje caer mis pensamientos
Pues el velero y la vela con ellos no se presta
El viento se niega a darme viento.
Temí al roncel mas que al mistral
La espuela de los cuatro vientos
Sentí que el sentimiento no aceleraba mi vela
Solté cuerda escore al máximo el velero
Pero ni a la enésima potencia
El mar quiso quebrar la quilla
Daba aliento a mi aliento
Sin comprender ni entre líneas ni entre olas
Que el que se ahoga no es hombre
El que vive ni patrón ni marinero
Dejémosle el beneplácito de la duda
Al timonel que negocia los miedos.

CAMPO DE SUFRIDORES

Campo, sufrido amigo de noches feroces
De voces tibias, de eco entre las tabernas
De altavoces gigantes
En cajas de cemento y ladrillos
Campo, yo y tu amigos
No quiero susurros de viejos analistas
Ni filosofías de vinos y ostias
Quiero dudas depuradas de elementos
Y melancolías de música, árboles y sangre
Que cruzo en lunas entre peines de vientos
Campo de cochinillas
Huerto de cochinas y perros
Casas en campos de cerdos
Y clásico barro de lerdos momentos
Campo, ¿serás por siempre elemento?
¿O lloraras entre encinas de sangre?
Campo aun sin tenerte
En el baúl de las ansiedades
Tu recuerdo recuerda en mi tu sosiego.

DUENDES DE ALCOBA

Existen los duendes de alcoba
Y las brujas con arrugas genitales
Y niños demonio y niñas Angel
Todo ordenado en carpetas
Maestras de historiales
Y todo quemado en transparentes segundos
En la vida, ni un nudo ata a la cuerda
Ni la cuerda a un cuerdo en un nudo
Todo sentido escapa a la vida
Y todo humano a su referencia, a su código
¿Si nada une la virtualidad de los requisitos?
¿Qué cuerda atara al loco que reparo en ellos?
Las dictaduras personales
Matan con mas rigor que las espadas
Ya las escuadras no escuadran
Y ni el miedo se subleva ante él más rico
Todo noble tiene un hito en su entrada
Y un coche fúnebre en su garaje memorial
Nada encaja ya en esquemas rígidos
Por muchos funerales
Que en su causa se celebren
Pasamos del amor
Que secundan a las mentes del odio
Y platos de criollos, de crios
Que no hay esquemas que están vacíos
Los pozos de raudales y de fortunas
Si no hay amor no hay doblones
Si no hay esquemas no hay niños
No hay mas dolor que engendrar a alguien
Para que vagabundee por un destino
Echo odioso, despreciable e incierto
Por nosotros mismos.