ESPADAS DE PAPEL AL ORACULO.

No dejare que la apatía gane la partida, no pienso dejar torre imaginaria sin coronar, no pienso estar arrastrándome cual barniz de pie por toda la simetría de mi habitación. Voy dispuesto a ganar la batalla y tan solo con un arma a mi favor, el coraje, el mayor aliado de una triste señal, de un sinuoso mal, no dejare en pie ni bancos, ni espadas, ni nombres que no conciba, ni faro de madrugada. quiero alguno de estos veranos ser tan fuerte como las olas, ser tan veloz como el viento que cruza de punta a punta, quiero ser y seré. Mi llamarosa valentía apaga el miedo que en ocasiones siento, no necesito mas guía que la fortuna que creo tener por aliada, la bandera que yo pinte es a la que serviré sin rumores, sin balbuceos de trescientas lenguas, sin devaneos, sin demostrar a la derrota mi mas tensa mandíbula, ni mi mas agüero ceño. No dejare que nadie gane por mí, mi batalla, ni dejare las manos que hoy me sujetan nunca de lado, por que si hay algo que no concibo es no tener de noche los besos de angeles benignos, que como aliados de lunas llevo conmigo. Vivaracho y remangado parto a todas mis batallas, con mi aliado, con mis sentimentos escondidos en mi media capa como brebajes mágicos, que utilizo contra ogros mal criados. Me voy a la batalla con todo lo que un ser humano necesita, quizás sin el amor mas bravo en vivo, pero si enfrascado, entre las manos y en mi corazón. Voy en busca de tantas cosas que espero encontrármelas poco a poco en el camino, el saco de mis ansias no es problema es infinito, y siempre encuentro hadas a quien dejar mis pensares mas sentidos, marcho a la batalla con todo lo que uno debe de saber con todo lo que uno debe de ignorar, con tantas cosas que no llevo nada que me sobre, por que el llevar espadas de papel mas fuertes que un roble no creo que sean sobra en un destino, me despido ¡enjaulados pensares¡, me voy a desterraros de mis tierras, me marcho y no en olvido, me marcho por las aceras, me marcho y no me e ido, aunque mantenga mis tachuelas, son de dulce corte de mantel de sobras, de piel de amores, De Suela negra y de interior pureza, a la batalla a las agrias peleas con mis voces con mis monsergas, con mis espadas de papel, a encontrar, a hallar, a crucificarme ante cualquier alarido de sobra, a entablar conversaciones, algunas blancas otras negras, a cantar a algún olvido a reírme de las monsergas malcriadas, a robarle el pan al rico, a guardarlo para dárselo al como yo inocente de uso, a pelear con mis palabras, en fin a ganar mis batallas.