Un ojo de mar brillante me miraba en su agonía
las lagrimas caían mientras él me observaba
triste estaba y en comprobanza me dio razón la mentira
en la droga había caído y de su angustia no sabia
si seguir con el brazo tenso o decirme que ya no podía
Seguir con la aguja clavada fría como su agonía.
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